“Vale más un lápiz pequeño que una memoria gigante.”
El error de mantener una lista mental de tareas pendientes
Nos cuesta mucho estar centrados en una sola actividad porque en nuestra cabeza hay un montón de cosas que no dejan de distraernos cada vez que vienen a nuestra memoria. Este ruido interno, en su mayoría, suelen ser el resto de asuntos pendientes que tenemos por resolver y que no dejan de martillearnos.
Nuestra mente nos distrae continuamente recordándonos lo que tenemos que hacer porque, sin darnos cuenta, hemos almacenado en nuestra mente la lista de los asuntos pendientes. A esto hay que añadir que nuestra capacidad de memoria es ineficiente: olvidamos cuando necesitamos recordar, y recordamos cuando no es necesario, y esto último nos distrae. Por eso, mantener una lista mental de tareas pendientes es un gran error: provoca frustración por culpa de los olvidos, y produce estrés al recordarnos aquello que no es necesario recordar en ese momento.
Recuerda menos y escribe más
La mejor manera de que nuestra mente deje de boicotearnos olvidando las cosas que tenemos que recordar y recordándonos lo que no es necesario, es tomando notas y dejando de usar la mente como una agenda. Es decir: en vez de mantener las ideas en la cabeza, tenemos que descargarlas en un «contenedor de ideas» con el objeto de eliminar el ruido continuo que suena en nuestra mente.
Pero no basta con tomar notas en cualquier sitio y de cualquier manera, sino que es necesario que nuestra mente confíe en nuestro sistema de apuntes, para que se vacíe de toda esa información que no debe de estar en nuestra cabeza. En cambio, si nuestro sistema no es fiable para nuestra mente, entonces ésta no se relajará y seguirá boicoteándonos y generándonos estrés, ansiedad y frustración.
Nuestra mente está hecha para pensar, no para recordar.
Cuando descargamos nuestra mente de información que debería estar anotada, liberamos espacio para pensar y para crear.
Te invito a realizar un ejercicio práctico para vaciar tu mente:
Escribe en una lista todo aquello que tienes para hacer en la cabeza y que te preocupa. Escribe todo, tanto de tu ámbito personal como profesional y deja tu mente totalmente vacía. No uses tu memoria RAM de ejecución como disco duro de archivo. Y nota como te quedas vacío y descansado…y más creativo.